Esta receta es de la querida escritora de ciencia ficción Aliette de Bodard, recién ganadora de un premio Locus, quien se entretiene con experimentos culinarios interesantes, dedicándose a la fusión de la cocina de Vietnam con la inspiración francés, como podéis ver en su blog.
Yo he modificado un poco su receta, pero me ha salido muy gustosa.
La base del plato es arroz. Inevitable. Yo he utilizado arroz normal porque se me había acabado el Basmati, pero lo ideal es usar Basmati o Thai. Para darle sabor lo hervimos en caldo de pollo en lugar de hacerlo en agua salada. Ver el consejo acerca del caldo.
Una vez hervido y escurrido lo ponemos en el fondo del plato. Ahora sacamos del armario nuestra sartén WOK y la ponemos a calentar. Añadimos un mango cortado en trozos pequeños y un poco de aceite. El mango se caramelizará gracias a sus mismos azúcares, sólo tardará un par de minutos.
Ahora podemos añadir la pechuga de pollo cortada en tiras no muy largas. Lo ideal sería conseguir trozos de las mismas dimensiones del mango. Revolvemos y sazonamos. Si queremos podemos añadir algo de salsa de soja, pero no mucha porque el mango es muy dulce y nos puede salir un postre en lugar de un plato ‘fuerte’.
Poco antes de apagar el fuego añadimos tomate fresco troceado. Un par de tomates serán suficientes. No se deben deshacer del todo.
Cubrimos nuestro fondo de arroz y ¡a la mesa!
(yo le puse unas hojas de albahaca fresca en el último momento, es que en verano la albahaca siempre es un éxito)
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